domingo, 15 de noviembre de 2015

MENORCA DE CALA EN CALA


En esta ocasión, nos acercamos a la menos "nombrada" (que para nada desconocida) de las Islas Baleares, Menorca. En este caso elegimos esta isla, además de por sus playas, por recorrer algún tramo de su famoso Cami de Cavalls con nuestra mascota Kira. He de decir que también buscábamos tranquilidad, ya que se supone que esta isla es la menos masificada por el turismo de todas las Baleares, pero aún siendo septiembre, los accesos a las playas eran una romería y encontrar un hueco libre en la arena de algunas de sus playas más emblemáticas, era misión imposible. No quiero imaginar lo que es esta isla en julio o agosto… Mayo o junio deben ser los meses ideales para visitarla, aunque corriendo el riesgo de no disfrutar a tope de sus playas. Todo no se puede tener!!!


Obviamente, para llegar a Menorca con nuestro perro, hemos de tomar un barco. Hay dos compañías que realizan el trayecto desde Barcelona a Ciudadela, cada una con sus particularidades. El viaje se hace bastante largo aún siendo unos barcos relativamente cómodos, no quiero pensar lo que tuvo que ser para Kira, que pasó las nueve horas del “crucero” encerrada en una jaula cochambrosa de un metro cuadrado en la última cubierta del barco y a la que sólo podíamos visitar quince minutos durante un par de ocasiones ya programadas por la naviera. En fin, ya sabemos que es lo que hay…


Superado el trámite del viaje, lo bueno empieza ahora. Desembarcamos en Ciudadela, que desde el punto de vista artístico y arquitectónico es lo más atractivo de la isla. Se trata de una ciudad pequeñita, que se ve fácilmente en media jornada. La plaza des Born es preciosa, con varios edificios interesantes, sobre todo el del Ayuntamiento. Desde esta plaza podemos bajar por la calle Portal del Mar hacia el puerto y disfrutar de los puestos y de los bares y restaurantes, algunos realmente sorprendentes por su diseño. Desde abajo obtendremos una preciosa vista del edificio del Ayuntamiento.


Dando una vuelta por la zona antigua de la ciudad, paseo agradable y recomendable, destacaríamos la Catedral, la calle de las Ses Voltes o la Iglesia del Socors.


Salimos de Ciudadela en busca de playas, iniciando el recorrido hacia el sur, dirección Cala en Bosc. La primera cala que veremos será la de Santadriá. Una playa alargada de aguas muy limpias y tranquilas.


Bajamos hasta Cala en Bosc, un centro turístico con una agradable playa con todos los servicios. Desde ahí podemos tomar un tramo del Camí de Cavalls junto a los acantilados pasando por algunas construcciones históricas muy interesantes.



Por este camino, en menos de una hora, llegaremos a Son Saura y su enorme playa (o bien regresando a Ciudadela y tomando la carretera que lleva a este lugar), no muy recomendable para darse un baño por la gran cantidad de algas, aquí llamadas posidonia, que no son limpiadas para mantener el ecosistema… en menos de media hora más, llegaremos a Talaier, una preciosa y recogida cala que invita a quedarse un buen rato y disfrutar de sus cristalinas aguas.


Volviendo a la carretera o continuando por el Camí, llegamos a la famosa Cala Turqueta… en temporada baja debe ser otra cosa totalmente distinta, pero cuando la visitamos nosotros en septiembre, se nos cayó un mito. Playa masificadísima, ni rastro del turquesa de las aguas que vemos en todas las fotos y para colmo, plaga de medusas… para muestra un botón:


Lo mismo nos ocurrió con la siguiente playa, aún más conocida que Turqueta: Macarella. Después del tortuoso acceso a la playa por carretera (algo común por otra parte en toda la isla) y de la media hora de camino desde el aparcamiento, nos encontramos con una playa muy concurrida, y con un agua que dejaba bastante que desear, sin duda la peor de toda la isla, sucia y con un tono marrón incluso. Lo mejor, andar otros quince minutos más y llegar a Macarelleta.


Con un acceso mucho más cómodo por carretera y con un arenal considerable nos esperaba la preciosa Cala Galdana. Un lujo nadar en sus aguas y disfrutar de las vistas desde uno de los costados.


Muy cerca de Cala Galdana, se encuentra Mitjana, otra joya de la isla. Aguas transparentes, turquesas, cuevas, acantilados… Menorca en estado puro.


Para los más andarines, están las playas de Trebaluguer o Escorxada, con más de una hora de caminata por unos preciosos paisajes de barrancos. Aquí la mayoría de visitantes llegan por barco, así que a pesar del esfuerzo, no vais a estar solos…


Desde el pueblo de Santo Tomás, podemos llegar a Binigaus. Una playa un poco diferente a todas las anteriores, al ser un arenal abierto… pero igualmente disfrutamos de agua transparente y arena fina.

 


Dejando un poco las playas y calas, nos acercamos a Cala en Porter a encontrarnos con otro de los hitos emblemáticos de la isla, la Cova d´en Xoroi, una especie de bar de copas en un lugar espectacular. El precio de la entrada es un poco exagerado, 12 euros por la tarde con una consumición, pero cómo vas a dejar de visitarlo!!!!! Obviamente, la mejor hora para hacerlo es al atardecer.
 

 

 
Unos kilómetros más hacia el este y alcanzamos Binibeca Vell, un poblado construido en los años setenta imitando las antiguas casas de pescadores. Sus calles están llenas de encanto… un buen lugar donde terminar el día.


A diez kilómetros de Binibeca se encuentra la capital de la isla, Mahón. Con una importante huella británica (fue suya durante casi un siglo), destaca sobre todo su magnífico puerto natural de seis kilómetros de longitud. Su casco antiguo, su castillo y la fortaleza de Isabel II es lo básico que deberíamos visitar desde nuestro punto de vista.
 



Al norte de Mahón, se halla un espacio natural protegido como es la Albufera des Grau, atravesado por varios senderos por los que, incomprensiblemente, no pudimos caminar con nuestra perra ni siquiera llevándola atada… qué alguien me lo explique…


Antes de continuar con las playas del norte de la isla, podemos tomar la carretera que cruza la isla y detenernos junto a Es Mercadal en el Monte Toro, el mejor mirador de todo Menorca, casi podemos abarcar con la vista todo el contorno insular, si el día lo permite claro…


Desde Es Mercadal, hacia el norte y en media hora nos plantamos (raro!!! el parking está junto a la orilla…) en una de las playas más atractivas desde el punto de vista paisajístico, Cavalleria. Lástima que con un acceso tan fácil, se llene de turistas enseguida. Como veréis en las fotos, el paisaje cambia bastante del sur al norte.


Otra cala espectacular es Pregonda, famosa desde hace años por ser portada de un disco de Mike Oldfield (vecino de Ibiza durante años…). En este caso, tenemos una buena excursión al sol desde el aparcamiento, pero siempre merecerá la pena.
 



Una de mis calas favoritas sería Cala Pilar, que no te importe la caminata de casi una hora que supone llegar a la orilla, el enclave y el color rojizo de la tierra te van a dejar con la boca abierta. Quizá una playa para ver más que para estar, sobre todo en días de viento. A Kira le encantó!!!



Otra sorpresa positiva en mi visita a las playas de la isla fue la de Algariens. De acceso muy cómodo en coche y menos poblada que el resto, es una cala perfecta para pasar el día. El agua limpísima, la arena fina y unas vistas fabulosas… ¡¡¡qué más podemos pedir!!!



Para finalizar nuestro recorrido por Menorca, nos acercamos a Punta Nati desde Ciudadela. Es uno de los mejores puntos para ver atardecer. Desde el faro podemos tomar un tramo del Camí de Cavalls hacia el sur y descubrir Pont den Gil, un puente natural sobre el mar por el que algunas pequeñas embarcaciones se arriesgan a pasar…
 
 
Desde Punta Nati regresaremos a Ciudadela en poco más de seis kilómetros dando por finalizado nuestro recorrido por esta maravillosa isla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario