Habíamos finalizado la primera parte de nuestro viaje en Saint Tropez y en
esta segunda seguimos rumbo Este, recorriendo la Costa Azul francesa. Nuestro siguiente objetivo es Cannes, decidimos
ir hasta Frejus y ahí tomar la carretera que transita junto a la costa y que,
aunque nos llevará mucho más tiempo (unas dos horitas), también nos regalará
unas preciosas vistas. La carretera que desde Agay hasta Cannes enlaza curvas y
más curvas atravesando un territorio de roca rojiza que contrasta con el azul
del mar.
Frecuentemente querremos detener el coche para hacer algunas fotos o para
acercarnos a lugares como la playa des Anglais (junto al pueblo de Agay) o el Chateau
de La Napoule ya muy cerca de nuestro primer destino.
Y ya por fin… llegamos a Cannes, uno de los platos fuertes del viaje, para
nuestro gusto todo un descubrimiento y un lugar al que volveremos pronto
seguro. Aquí se respira lujo, elegancia y glamour por los cuatro costados. No
sólo en la gente sino también en la arquitectura, las tiendas, la iluminación
nocturna… y como no, los cochazos que gastan por aqui!!! Todo rezuma
distinción. Es una gozada pasear con nuestra perra por el Boulevard de La
Croissette de una punta a la otra (unos tres kilómetros nada mas), contemplando
entre palmeras los edificios de estilo belle epoque y reconociendo alguno de
ellos como el famosísimo hotel Carlton, el Majestic o el Hotel Martinez.
El paseo empieza (o acaba) junto al Edificio de Congresos en el que cada año se celebra el Festival de cine de Cannes… porque otra cosa que se respira en esta ciudad es cine por todas partes. Junto a dicho Palacio de Congresos, encontraremos cientos de huellas de manos de actores, actrices y directores famosos que han dejado en el suelo. Y siguiendo la ruta del séptimo arte, descubrir las once muestras de arte urbano en forma de muros pintados relacionados siempre con el cine que componen la llamada ruta de Les Murs Peints.
Otro aliciente que nos encantó de Cannes fue su playa, la que discurre junto a La Croissette, una playa de arena, aguas tranquilas y transparentes y maravillosas vistas de la abrupta orografía al otro lado del golfo de La Napoule
En contraste con la zona de La Croissette, el barrio
de Le Suquet, en una colina junto al mar, pone el contrapunto histórico y más
pintoresco. Nos encantó subir a la
iglesia de Nuestra Señora de la Esperanza y contemplar la panorámica de este
punto. Descendiendo por la Rue de Saint
Antoine pasaremos junto a un buen puñado de restaurantes a cual más romántico y
acogedor. No nos pudimos resistir a entrar en uno de ellos, donde Kira fue muy
bien recibida. La Rue Meynadier es la más famosa de este barrio y en ella
encontraremos más restaurantes y tiendas de souvenirs de todo tipo...
… Hasta las tiendas de accesorios para nuestras mascotas no
pueden ser más elegantes…
Desde Cannes a Niza tenemos una media hora en coche
por la autopista. Si disponéis de tiempo de sobra y ganas, se puede llegar a
Niza tomando la carretera de la costa, lo que supone más del doble de tiempo,
pero atravesaremos enclaves tan interesantes como Antibes o Cagnes sur Mer.
Aunque son dos localidades de costa y situadas muy
cerca la una de la otra, cada una tiene su propia personalidad. Son parecidas
pero muy diferentes. Niza es más monumental pero menos acogedora, el casco
antiguo es más grande y su pasado histórico es igualmente más importante y eso
queda patente en su arquitectura. En lo que si coinciden en es poseer ambas un
paseo marítimo estupendo por el que gusta pasear una y otra vez. Si en Cannes
era la Croissette, en Niza lo llaman la Promenade des Anglais. Igualmente
disfrutaremos contemplando los maravillosos edificios que jalonan este paseo,
como el Palacio de la Mediterranee, el famoso edificio del Hotel Negresco o la
Vila Massena. El bulevar es lo suficientemente ancho y cómodo, a pesar de la
cantidad de turistas, como para que disfrutemos tanto nosotros como nuestro
perro.
De vuelta a la zona histórica de la ciudad, nos
encontraremos a la izquierda con el Jardín de Albert 1er, Una franja de tierra y césped para capricho de
nuestra mascota. También nosotros encontraremos zonas de interés y bancos para
tomar un respiro o un refrigerio que siempre viene bien. Este parque desemboca
en la increíble Plaza de Massena, enorme, monumental y… cuadriculada
A la derecha de esta plaza podemos adentrarnos en el
corazón de Niza, la zona histórica conocida como la Vieille Ville. Callejear
por sus calles es una gozada, visitando la catedral, el edificio de la Opera,
la famosa Plaza de Pierre Gautier y acabar tomando el ascensor que nos llevará
hasta el precioso jardín de la Colina del Castillo, donde de nuevo nuestro
perro será el rey y el protagonista junto con las maravillosas vistas de la
playa y el bulevar.
Desde Niza, tomando la curvilínea carretera de la
cornisa que une esta ciudad con Mónaco, llegamos en apenas 25 minutos a una de
las localidades con más encanto de esta zona, el pueblo de Ezé. Situado sobre
una escarpada colina, ya desde lejos se intuye el encanto que posee esta
pequeña villa.
Un par de aparcamientos, de pago por supuesto, nos sitúan en la base del pueblecillo. Un par de empinadas cuestas y ya nos adentramos en las preciosas callejuelas de Eze (no van a ser las únicas cuestas como veréis). No hace falta seguir ningún itinerario para recorrer el pueblo, simplemente dejarse llevar y descubrir cada uno de sus preciosos rincones. Lo normal, eso sí, será finalizar en la parte más alta de la colina donde se encuentra el jardín Exótico donde además de plantas, flores y estatuas, las espectaculares vistas de la costa puede que compensen los 6 euros de la entrada.
Un par de aparcamientos, de pago por supuesto, nos sitúan en la base del pueblecillo. Un par de empinadas cuestas y ya nos adentramos en las preciosas callejuelas de Eze (no van a ser las únicas cuestas como veréis). No hace falta seguir ningún itinerario para recorrer el pueblo, simplemente dejarse llevar y descubrir cada uno de sus preciosos rincones. Lo normal, eso sí, será finalizar en la parte más alta de la colina donde se encuentra el jardín Exótico donde además de plantas, flores y estatuas, las espectaculares vistas de la costa puede que compensen los 6 euros de la entrada.
Abandonamos Ezé y en otros quince minutos llegamos al final de nuestro recorrido por la Costa Azul francesa... La ciudad-principado de Mónaco. Lo cierto es que a Kira no le gustó nada la capital monegasca. Tanto asfalto, tanto calor, tanta gente y tantas cuestas... no está hecho para ella. A la parte humana si le agradó más, pero no es un destino al que me gustaría volver próximamente. Está bien visitarlo una vez, pero nada más por ahora. El tráfico es un poco caótico (también es cierto que toda la zona del boulevard junto al puerto estaba en obras, desde la famosa curva de la Rascasse que cualquier aficionado a la Formula 1 debe conocer) y para aparcar estarás obligado a hacerlo en algún parking cubierto, que no son nada baratos como os imaginaréis, pero al menos hay muchos (quizá el de la Condamine es el mejor por el tamaño y por la situación).
Aunque viendo esta foto parezca una ciudad enorme con tanto edificio, la verdad es que se puede ver con tranquilidad en menos de una jornada, todo depende como siempre del tiempo que queráis dedicar a museos (como el Oceanográfico, la colección de coches antiguos del Principado...), jardines, etc. Una vez hemos aparcado podemos optar por subir a la zona del Palacio de los Príncipes de Mónaco o bien ir hacia el Casino siguiendo la ruta del Gran Premio de F1. Nosotros optamos por la primera opción que nos parecía la más interesante. Una buena subidita nos lleva al palacio del Príncipe de Mónaco, que es su residencia oficial y que lleva siendo vivienda de los Grimaldi desde el siglo 13. Además de residencia se celebran conciertos y actos oficiales a menudo (Alberto II se casó aqui en el 2011 sin ir más lejos). Estéticamente mezcla varios estilos: el medieval se funde claramente con el renacentista. En verano es visitable el interior del Palacio y sus estancias en horario de 10 a 18 (como es de esperar, los perros no tienen permitido el acceso). En la misma plaza veremos una estatua de Francisco Grimaldi, el primero de los Grimaldi en ocupar el palacio, vestido de monje (según parece asi pidió albergue en el castillo y al entrar mató al guardia y él y sus hombres tomaron posesión de la fortaleza).
Si caminamos en dirección opuesta al Palacio, pasearemos por la parte más antigua y auténtica del Principado y para nosotros también la más agradable. De toda esta zona habría que destacar especialmente la Catedral, abierta de 8 a 19, muy moderna ya que se terminó en 1903 pero de un estilo neorrománico muy bello. En el interior, destaca el altar de marmol de Carrara y, seguramente lo más fotografiado, las tumbas de Rainiero III y de Grace Kelly).
De nuevo en el exterior, no podemos dejar de lado el edificio del Palacio de Justicia, a la izquierda de la Catedral, con su preciosa fachada de doble escalinata.
Si atravesamos toda esta parte antigua llegaremos bordeando el mar al impresionante edificio del Museo Oceanográfico, si la fachada ya nos deja boquiabiertos, la ubicación en un acantilado a 85 metros del mar nos dejará sin palabras. El museo en si es muy interesante con una enorme colección de animales marinos, de barcos, esqueletos, etc. No en vano, el mismísimo Cousteau fue su director durante muchos años. Desde esta parte además tendremos unas bonitas vistas de la capital.
Desde aqui no nos queda otra que bajar al enorme puerto deportivo, donde veremos otros palacios, en este caso flotantes, pero igual de impresionantes y aunque muramos de envidia... dignos de admirar. En esta avenida, para los amantes de la Formula uno como nosotros, os podéis hacer fotos en la graciosa réplica del Mercedes de Fangio, en las marcas de la salida del GP o en la zona de boxes. Bordeando el puerto por el Boulevard Louis II alcanzamos la parte más glamurosa y quizá más conocida de la ciudad, con el famoso edificio del Casino. Precioso!!! Construído por Charles Garnier, el mismo arquitecto de la Opera de París. Y junto a él la Opera de Montecarlo y el lujoso Hotel de París, donde llegan clientes en modestos utilitarios... Los jardines del Casino también son dignos de visitar. En cuanto a la entrada al Casino, la verdad es que creo que no puedes visitarlo sin apostar, yo desde luego prefiero disfrutar sólo del exterior.
Un poco más abajo, otro de los hitos de los seguidores de la Fórmula Uno: Loews, la curva más lenta de todo el Campeonato. Ya sé que es muy típico pero... ¿quién se puede resistir a hacerse una foto con las marcas de los neumáticos en los pianos?. Desde aquí la bajada al tunel a la derecha, o bien acercarnos al curioso Jardín Japonés (abierto de 9 a 18:45) con colinas, cascadas, arroyos y, como no, un jardín zen para acabar el viaje meditando y recordando todo lo visto.
Esperamos que os haya gustado nuestro relato de este recorrido por la Costa Azul francesa. A Kira desde luego le encantó y está deseando volver, pero claro aún tiene mucho por conocer... y mucho que contaros. Hasta la próxima!!!!!
Hola!! Estoy pensando en ir a la costa azul con mi perro, la idea es visitar pueblos y playas pero nose si está permitida la entrada a las playas con perro. Agradecería la información porque no encuentro nada!!
ResponderEliminarHola. Es cierto que hay muy poca información. De mi experiencia te puedo decir que pude acceder a las playas de las Calanques que estaban más cerca de Cassis con mi perra y no tuve ningún problema. De hecho nos cruzamos con más perrillos por el camino. Eso sí siempre con correa y con mucha agua. Cerca de Saint Tropez, en las playas de Ramatuelle está permitido el acceso con perros. Incluso en la mismísima playa de Cannes, por la tarde vimos bastantes perros en la playa. En cambio en Niza no vimos ninguno. Es cuestión de buscar playas menos masificadas. En cualquier caso, en Francia los perros suelen ser bienvenidos prácticamente en cualquier sitio. Espero haberte ayudado algo. Gracias por tu comentario.
EliminarHola!Entradas interesantes, queria visitar en verano les calanques con la perra. Me sonaba que en el pirineo francés hay parques que al ser oficialmente nacionales o naturales, no podias ir de senderismo con tu perro! Prohibida la entrada de perros. Por lo que veo en calanques sí que se puede verdad? Gracias.
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