En la primera parte de nuestro acercamiento a Flandes visitamos las maravillosas ciudades de Bruselas y Brujas, en esta segunda parte trataremos de mostraros la belleza de otros dos destinos imprescindibles en nuestra visita a esta región belga: Gante y Amberes.
Desde Brujas, solo 50
kilómetros o 45 minutos en coche nos separan de Gante. Estamos hablando de una
de las ciudades históricamente más importantes de Europa en la Edad Media y eso
se refleja en la gran cantidad de monumentos y edificios históricos que
alberga. Además es una ciudad muy animada y alegre, que sumado a la gran
cantidad de zonas peatonales de su centro histórico, lo hacen un destino
perfecto para disfrutar del turismo.
Aunque parece que Gante
siempre está un poco a la sombra de Brujas, lo cierto es que, aunque esta pueda
parecernos más bonita y encantadora, Gante es más espectacular y tiene más
cosas que ofrecernos.
Si optamos por esta
alternativa, el primer edificio que nos llamará la atención, junto a un canal,
es el castillo de Gerardo el Diablo (Geeraard de Duivelsteen) el menos conocido
de los dos castillos de Gante. Data del siglo 13 y hoy en día es el Archivo del
Estado.
En seguida nos toparemos
con la impresionante Catedral de San Bavón, justo detrás del castillo. Se trata
de un grandioso edificio gótico finalizado a mediados del siglo 16, en el que
destaca la gran torre de 90 metros de altura. El resto de la fachada es
bastante sencilla. El interior guarda obras escultóricas de gran belleza, pero
sobre todo los turistas venimos a ella para contemplar una de las obras más
importantes de la pintura flamenca, El cordero místico de Jan y Hubert van
Eyck, situado en una capilla al fondo de la cripta. La catedral abre de 8:00 a
18:00 horas (en invierno hasta las 17:00 horas).
Frente a la fachada de la
Catedral se encuentra la preciosa plaza Sint-Baafsplein. En este momento
empezamos a enamorarnos de esta ciudad por regalarnos a la vista rincones como el
que tenemos ante nosotros. En esta plaza, además del edificio de la Catedral,
destaca el teatro (a la derecha de la misma) y justo en frente, el campanario o
Belfort de Gante. Dicen que es el más alto del mundo con 91 metros. Obviamente las vistas desde lo alto son
increíbles. A los pies de la torre el edificio que veréis es la Lonja del Paño
(la industria textil hizo de esta ciudad una de las más ricas en la Edad
Media).
Justo detrás de la lonja
se abre otra plaza, Emile Braunplein. En el centro un edificio de reciente
construcción y, en mi opinión, de dudoso gusto, el Stadshal. Un recinto
multiusos que desluce mucho esta bonita plaza y que no guarda ninguna armonía
con el entorno. Pero ya digo que es cuestión de gustos. Junto a esta plaza
encontraremos el precioso ayuntamiento en el que nos llamará la atención su
fachada con una parte de estilo gótico soberbio y otra parte mucho más
sencilla, ya que los ingresos menguaron bastante y hubo que optar por un
aspecto más sobrio.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6iihx7KWy0tN8xmBTgC40WRrGffnuoKjs1Mv3H4DzTvBxMfYBhjU6-KqaEsJ6T_YUEq-iagyaI_bZEt_Y8hrYNXmQoHT-Y5jdhOFy0khFgP_HbMQjCWbyOaUGmHPoXRQth84gWGXP_jiv/s400/ayuntamiento.jpg)
Volvemos a la plaza para encontrarnos con otro de los grandes monumentos de Gante y de los más antiguos, la iglesia de San Nicolás. Su construcción se inició a principios del siglo 13 en estilo gótico sustituyendo a una anterior iglesia románica. Destaca su torre, que junto con las dos mencionadas anteriormente conforman ese típico skyline de Gante.
Unos pasos más adelante y
nos topamos con el río Lys que cruza la ciudad. Desde el puente de San Miguel,
mirando hacia nuestra derecha, se dibuja una de las estampas más típicas de
esta preciosa ciudad. Los típicos muelles de Graslei a un lado y Korenlei al
otro lado y la figura del castillo de Gravensteen al fondo. Sin duda esta es
una de las zonas con más encanto de Gante. De día e incluso más por la noche.
Antes de bajar, desde el puente, un vistazo hacia atrás nos dejará con la boca
abierta.
Bajamos a la zona de los
muelles, a lo que en su día fue un activo puerto. En la zona de Korenlei
admiraremos edificios barrocos, renacentistas y góticos donde se vendía grano
para las cervezas. Y en el sector de Graslei, para mi gusto más auténtica y
encantadora, encontraremos otros edificios como la casa de los Masones, la casa
de medición de granos o el Granero reconocibles aún por los escudos de sus
fachadas. Hoy en día estos edificios son refugio de restaurantes y bares
reclamo de turistas y estudiantes. Es muy recomendable dirigirse a esta zona
cuando cae la noche, no sólo por la cantidad de imágenes que querremos
inmortalizar con nuestra cámara de fotos, si no sobre todo para disfrutar del
magnífico ambiente y la animación de esta ciudad. Ofertas para pasarlo bien, no
nos van a faltar.
a pocos pasos de aquí se
encuentra el Castillo de Gravensteen o Castillo de los Condes, que fue erigido
en 1180 y que vio nacer en el año 1500 nada más y nada menos que Carlos V, el
emperador del mundo. Posteriormente también fue casa de la moneda, molino y
prisión. Se puede visitar (de 10 a 18 todos los días en temporada de verano, y
de 9 a 17 en invierno) abonando previamente los 10 euros de la entrada. En su
interior encontraremos salas en las que se exponen armas, armaduras,
instrumentos de tortura… y ese tipo de cosas. Lo mejor, las vistas desde sus
torres.
Justo enfrente de la
entrada al castillo se ubica la Oficina de Turismo, que además de visitar para
recabar información, merece la pena sólo por su fachada.
Desde aquí tomando la
ribera del río Lys, desembocaremos en una de las zonas más típicas y atractivas
de Gante, el barrio medieval de Patershol. De calles estrechas y adoquinadas,
casas pequeñas… la tenue luz de la iluminación nocturna, lo hace aún más
auténtico. Un buen lugar para cenar en la multitud de restaurantes de todo tipo
que encontraremos paseando por estas callejuelas.
Para terminar nuestra
visita a Gante, y deleite de los más consumistas, podemos recorrer la calle más
comercial de la cuidad, Veldstraat, que parte de la Iglesia de San Nicolás.
Habiendo gozado de esta
ciudad como seguro que hemos hecho, recuperamos nuestro coche y tomamos rumbo
suroeste para visitar el espectacular Castillo de Ooidonk. El emplazamiento, la
elegante arquitectura del edificio y la tranquilidad del entorno justifican el
recorrer los 16 km que lo separan de Gante. Se pueden visitar únicamente sus
jardines de miércoles a domingo de 9:30 a 18 y el precio de la entrada es de
dos euros. Si quieres visitar también el interior y descubrir una mansión
renancentista, sólo podrás hacerlo los domingos y festivos de 14 a 17:30 (9 €).
Aunque en mi caso no pudimos ver el interior, sí recomendaría una detenida y
relajada visita por sus jardines, del estilo de los que visitamos en el Loira
en nuestra primera entrada de este blog, que por supuesto os recomiendo
visitar…
AMBERES
40 minutos en coche nos
separan de Amberes, ciudad de tradición marinera, ahora asociada al mundo de la
moda, el diseño y los diamantes. Una buena zona para aparcar nuestro vehículo
sería en la calle que discurre paralela al río Escalda, lo más cerca posible
del castillo de Amberes, llamado Het Steen.
Dicho castillo puede ser
un buen comienzo de nuestra visita por esta ciudad. Al acceder al él, lo primero
nos toparemos con la estatua de un gigante, se dice que en la Edad Media
cobraba un peaje a todos los visitantes que quisieran entrar en la ciudad. Se
trata del edificio más antiguo de Amberes y arquitectónicamente muy
interesante, a pesar de los añadidos que ha ido sufriendo con el tiempo. Ha
sido prisión, almacén, residencia y hasta escuela de teatro. Podemos visitar su
interior casi todo el año de martes a domingo. Además desde esta
ubicación, podemos disfrutar de una bonita panorámica de la ciudad.
Si caminamos en dirección
opuesta al río, en cinco minutos nos vamos a plantar en la preciosa plaza de
Grote Markt. Como otras de las plazas principales que hemos visto en otras
ciudades de Flandes, en esta Plaza en ella encontramos el Ayuntamiento
(impresionante edificio renacentista), los edificios gremiales (con las típicas
fachadas en escalón y rematadas con alguna figura que nos indicará a qué gremio
pertenecía) y en el centro la estatua del gigante Antigón (otra historia de un
gigante que controlaba el paso a la ciudad y que cortaba la mano a los que no
pagaban el peaje. Si nos fijamos es lo que representa la figura).
Desde la plaza
contemplamos también la estilizada silueta de la Catedral de Nuestra Señora y
su torre. Si nos acercamos a ella, comprobaremos la magnitud del edificio de
estilo gótico (de hecho es la más grande de Bélgica, una demostración del
dinero que se movía aquí en la Edad Media). En el interior nos impresionarán
sus dimensiones, sobre todo en la nave principal, aunque muchos turistas la
visitan para contemplar algunos de los cuadros más importantes de Rubens.
Y si las pinturas de
Rubens nos han dejado huella, dejando atrás la Catedral podemos acercarnos a
visitar su casa-taller, situada en la Plaza Wapper. El palacio, del estilo de
los palacios renacentistas italianos, representa muy bien como era la vida en
ese estudio y comprobaremos como algunas veces no era el artista el que pintaba
el cuadro, sino que lo diseñaba y daba órdenes de cómo debía ejecutarse.
Por suerte para nuestro
perro, Amberes es una ciudad llena de parques y espacios verdes donde disfrutar
de agradables paseos. En este lado del río, cerca del centro histórico, os
recomendamos el parque llamado Stadspark repleto de intrincados senderos. Y en
el otro margen del río Blokkersdijk, para paseos muy largos.
Y con esta visita a
Amberes, finalizamos esta doble entrega por tierras de Flandes. Con tiempo
podríamos incluir en nuestra visita, ciudades igualmente atractivas como
Malinas o Lovaina. Espero que este recorrido por las cuatro ciudades más
conocidas de Flandes haya sido de vuestro agrado. Cualquier comentario que queráis
dejar en esta página siempre será bienvenido.